Cómo equilibramos jugabilidad y fidelidad histórica en nuestros juegos
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En Culture Games tenemos una misión ambiciosa: crear juegos de mesa divertidos que también transmiten la riqueza del patrimonio cultural español. Pero hay una pregunta que nos hacemos en cada proyecto:
¿Cómo contar una historia real sin sacrificar la jugabilidad?
Diseñar juegos con base histórica es un reto creativo en equilibrio constante entre dos fuerzas: la fidelidad a los hechos (aun que a veces nos tomemos licencias creativas para marcar el inicio de la historia) y la necesidad de que el juego sea dinámico, emocionante y jugable para todos los públicos .
Aquí te contamos cómo lo hacemos.
Partimos de la historia real (y hablamos con quienes la viven)
Todo comienza con una fase de documentación rigurosa.
Investigamos archivos, fuentes locales, tradiciones orales, artículos históricos y materiales gráficos. Pero no nos quedamos ahí: también hablamos con las personas que viven esa cultura . Cofrades, recreadores, historiadores locales, vecinos mayores… Todos aportan detalles, emociones y matices que no están en los libros.
Ese enfoque nos permite tener una base sólida y respetuosa. En TRAICIÓN – El Último Voto , por ejemplo, el trasfondo de la conquista de Calatayud en 1120 se construyó con el apoyo de fuentes y voces que han vivido —y revivido— las Alfonsadas.
Luego viene el filtro lúdico
Una vez tenemos el contexto, llega la parte clave: convertirlo en una experiencia de juego .
Aquí entran preguntas como:
- ¿Qué tipo de mecánica representa mejor esta historia?
- ¿Queremos que los jugadores cooperen, compitan, se enfrenten a dilemas?
- ¿Qué ritmo necesita el juego para mantener el interés sin distorsionar la realidad?
Por ejemplo, El Santo Encuentro es un juego cooperativo porque refleja el esfuerzo conjunto de las cofradías para coordinar una procesión.
En cambio, TRAICIÓN es un escape narrativo con tensión creciente, porque encaja con una historia de conspiración medieval.
La historia inspira, no encorseta
Una clave para equilibrar jugabilidad y rigor es recordar que el juego no es una reproducción literal , sino una reinterpretación que debe funcionar como experiencia lúdica.
Eso significa que a veces ajustamos fechas, personajes o detalles para dar fluidez al juego.
Pero siempre con un principio claro: nunca se traiciona el espíritu de lo que se quiere contar .
Si un acaba jugador la partida y tiene ganas de saber más sobre la historia real… entonces hemos acertado.
Diseñamos con respeto, no con solemnidad.
En Culture Games tratamos la cultura con respeto, pero no con miedo.
No creemos que el patrimonio tenga que estar encerrado en vitrinas o rodeado de solemnidad. También se puede tocar, jugar y reinterpretar sin perder su valor.
Por eso nuestros juegos son accesibles, ágiles y emocionantes, sin dejar de ser culturalmente significativos.
Y siempre escuchamos
Cada vez que publicamos un juego, recibimos mensajes de personas que nos dicen:
“Esto es justo como lo recuerdo”,
“Gracias por convertirlo en algo que puedo compartir con mis hijos”,
o incluso “¡Deberíais hacer uno sobre la fiesta de mi pueblo!”
Esa conversación con la comunidad es lo que nos permite seguir afinando ese equilibrio tan delicado entre rigor y jugabilidad .
Porque para nosotros, la historia no es un último que arrastrar:
es el punto de partida para crear algo que emocione, enseñe y divierta.